Envejecer
Esa mirada que te devuelve el espejo
te dice que la vida no te ha tratado mal,
que envejecer consiste en arreglar
los descosidos
y en torcer las curvas,
pero, sobre todo, en sostenerte la mirada
y pensar que de todo lo perdido
lo más triste son las lagunas
que quedaron en tu memoria.
Así que sabes que vas por el buen camino
cuando no solo empiezas a pintar canas
o a olvidarte las llaves
-más de dos veces en casa-
sino cuando cierras los ojos
y ya no recuerdas esas caras,
te es imposible evocar esas voces;
el tacto de aquellas manos,
que te robaron tantas noches en vela.
Sostienes la mirada al espejo,
agradeciendo a la vida el paso por tu piel
y consideras que envejecer
no se te da tan mal.