Siempre que llego a casa
me pregunto si esta llave abrirá la puerta
una vez más
gira
una, dos, tres y hasta cuatro veces.
Todo sigue ahí
en silencio, vigilante.
Nada falta, nada sobra.
Los discos, los libros, la colada
el orden y la vida haciéndose un hueco.
Cierro la puerta
como todas las mañanas
y no sé si está vez volveré.