Tiene pinta de princesa derrotada

Tiene pinta de princesa derrotada
de esas que se llevan
la luna debajo del brazo
y con su mejor sonrisa
te giran y dan la vuelta.
Tiene pinta peligrosa
de experta cazadora nocturna
con la mirada de miles de noches
al acecho,
con el sabor de miles de victorias
en los labios.

Tiene pinta de rock transgresivo
de Bukowski y Raymond Carver
en sus venas
de veranos atormentados
en sus ojos.
Tiene pinta de canción
a cara de perro
de disparos a bocajarro
sin balas de fogueo
sin aviso.

Tiene pinta de todo eso
y más.
Pero también es espontánea.
Despreocupada.
Reconocí un segundo
en un detalle
me quedé con el ondear del pelo en sus hombros
despreocupada y espontánea.

Y pienso que una huida hacia adelante
es como arrancarse de los planos,
mejor que quedarse quieto
hilando canciones
buscando los extractos de vida
que perdí.

Y me digo que una huida hacia adelante
sin freno
y sin dirección,
es como borrarse del listín,
más sensato que observar
autobuses partir de la estación
anclando decepciones
en bahías ya desiertas.

Tiene pinta de poema a medianoche
de esos que terminan,
pero como ella quiere;
y,
mientras tanto,
con su mejor sonrisa
acabas bailando un rock and roll.

Tiene pinta de todo eso
y más.
Pero también es frágil
y femenina.
A pesar de la distancia
reconocí en un instante
esa armonía sensible,
aparcada en esa boca,
en esa lengua incorregible.
Siempre presente
a los ojos de todos,
esperando a que alguien
lea más allá de lo que parece.

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